Luciano Ventrone nació en Roma el año 1942.
Fue acogido con cuatro años en Dinamarca por una encantadora
mujer rica llamada Metha Petersen, con quien vivió una infancia muy feliz,
entre los regalos que recibió de ella fue su primera caja de lápices de colores,
en ese momento comenzó su interés por la pintura y nacería uno de los más
reconocidos pintores del arte de la Italia actual, donde sus bodegones le han
hecho ser idolatrado por una legión de seguidores, quienes valoran que su arte
está hecho no solo de color, sino de una luz tranquila y tamizada increíble.
Regresó a Italia después de completar los estudios básicos,
y se verá obligado, debido a las pobres condiciones de su familia, a probar
suerte en diversos oficios que le permitirán, sin embargo, en 1960, asistir a
la Academia de Bellas Artes en Roma.
Después de graduarse en 1964, se matriculó en la Facultad de
Arquitectura, a la que asistió hasta el año 1968. Ese año, después de haber
participado en los movimientos estudiantiles, decidió abandonar sus estudios
para dedicarse por entero a la pintura, que nunca ha abandonado, sino que con
el paso del tiempo han supuesto su única fuente de ingresos.
Prueba todos los estilos del arte contemporánea, hasta
llegar al realismo y posteriormente al Hiperrealismo
Comienza entonces una larga y aún inconclusa investigación
exhaustiva sobre los diversos aspectos de la naturaleza muerta, capturando cada
vez detalles más concretos de los motivos casi invisibles para los “ojos
humanos bombardeados por millones de imágenes ”, que es lo que les sucede a los
hombres de nuestro tiempo.
Según sus propias palabras : “El estudio de la pintura no es
la simple representación del objeto, sino del color y la luz, la verdadera relajación
entre las dos cosas dan la forma en el espacio. El tema pictórico no debe ser
visto como tal, sino de manera abstracta.”
La fotografía es la base de su pintura, desde ese punto el
tema se vuelve abstracto y cobra vida a través de la luz
Realiza un dibujo a lápiz como guía para las sombras y
define el espacio entre los objetos y las proporciones.
Desde éste momento el pintor añade color lenta y
cuidadosamente. La observación constante del objeto fotografiado crea un tipo
de penetración dentro de la pintura, saliendo de su realidad física para entrar
en una metafísica.
Un último toque de pintura blanca se aplica para dar más
luz, que no es una simple técnica para agregar un efecto tridimensional, sino
un intento de llegar a esa imperfección entre la luz y las sombras.
Él no es el único representante del género comúnmente
conocido como hiperrealismo, pero es con mucho el autor más completo.
“Se pueden hacer fotografías con la pintura y pintura con la
fotografía”
Meteterito 2, óleo sobre
lienzo 50*50cm.
Son limones con formas poco habituales, deformes y con
formas retorcidas, los que les aleja de la realidad, de ahí el nombre que
Luciano Ventrone les dio.
Aparición 2 óleo sobre
lienzo 100*80cm.
Es una calabaza abierta, la luz incide sobre ella dando una
imagen de “divinidad”.
👍
ResponderEliminarhola Iman soy Marely de 5B
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