Max Ernst (1891-1976) fue un artista alemán,
nacionalizado francés, que fue una figura fundamental tanto
en el movimiento dadá como en el surrealismo.
Se caracterizó por la utilización
de una extraordinaria diversidad de técnicas, estilos y materiales.
Max Ernst, uno de los artistas más ingeniosos del siglo XX. Pocos artistas, entre ellos
el español Pablo Picasso y el propio Ernst, desempeñaron un papel decisivo en
la invención de técnicas y estilos pictóricos modernos.
En el caso del pintor alemán, el 'frottage', el
'grattage' y la 'decalcomanía'. A través de estas
experimentaciones técnicas, Ernst creó obras de un carácter irracional
y de escenas oníricas o sacadas del subconsciente que revelan su interés por
los mitos y las teorías freudianas, así como sentido del
humor. Sus poderosas imágenes, que exploran lo fantástico y que técnicamente
favorecen la espontaneidad, el automatismo y lo accidental, influyeron en las
primeras obras de los surrealistas Ives Tanguy, André Masson, René Magritte y
Salvador Dalí.
Fue el trabajo del pintor Giorgio de Chirico el detonante
del nuevo rumbo que tomaría la obra de Ernst en la década de los años 20, que
se manifestó en 'collages' y en las que hoy estilísticamente
se consideran primeras pinturas surrealistas.
Poco después de realizar estos trabajos, Ernst comenzó a
experimentar con la técnica semiautomática del 'frottage', que
consiste en frotar grafito o pastel sobre papeles colocados encima de
superficies de rica textura, a fin de 'grabar' sus diseños.
Ernst aplicaría luego ésta técnica a la pintura, un proceso
que acuñó como'grattage' y que utilizaría para representar bosques,
conchas marinas, flores y pájaros.
El artista adoptaría posteriormente la técnica 'decalcomanía',
que se logra al aplicar una capa de pintura sobre el lienzo y luego un trozo de
papel o vidrio encima que, al ser presionado y levantado, deja patrones y
manchas de formas orgánicas. De esta experimentación surge la pintura 'Europa
después de la lluvia', un paisaje que evoca formaciones rocosas, geológicas o
minerales y de las que emergen, como tallados, desnudos femeninos.
Cuando estalló la guerra, en 1939, empezó un calvario,
debido a su dependencia de la jurisdicción alemana. Fue internado y excarcelado
de varios campos de concentración. En esos años sólo empezó "Europa
después de la lluvia" cuando ya Francia estaba ocupada por los nazis y la
Gestapo, que le consideraba un artista degenerado, le vigilaba estrechamente.
Entonces decidió marchar a EEUU e instalarse en Nueva York.
Este cuadro quiere representar una Europa destruida tras la Segunda Guerra Mundial. Se dice que podría simbolizar el fin del sistema, siendo más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del sistema. Puede ser cierto si se refiere a asteroides chocando contra la tierra, lo que hay sobre éste cuadro no es exactamente fácil de imaginar. Ni siquiera de mirar. Quiere transmitir un sentimiento de catástrofe y desolación.
En sus pinturas, Ernst solía representar bosques, ciudades
en ruinas y materia orgánica en descomposición, así como mujeres cubiertas de
plumas o con cabeza de pájaro, bestias y seres deformes, temas alejados de la
realidad política de ese entonces.
En los años 40, Ernst se mudó a Arizona con su cuarta
esposa, la pintora estadounidense Dorothea Tanning, donde pintaría escenas que
reflejan los saturados colores del paisaje desértico y donde se aproximaría a la abstracción. Reconocido con el primer premio de la Bienal
de Venecia en 1954, el creador alemán comenzó a disfrutar una época de honores
en su edad madura, a la vez que su estilo se tornaba más lírico y abstracto.
Ernst regresó a París en 1953. Fallecido en 1976 en París,
la noche antes de cumplir 85 años, mantuvo a lo largo de su vida relaciones
amorosas con la historiadora del arte Louise Strauss, con Marie-Berthe
Aurenche, con la pintora surrealista Leonora Carrington, la
marchante de arte Peggy Gugenheim y la también pintora
surrealista Dorothea Tanning.
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