John Maler Collier (1850 - 1934) fue
un escritor y pintor británico de estilo prerrafaelita, de los
retratistas más importantes de su generación. Se casó con dos de las hijas de Thomas
Huxley, científico de la época.
La primera esposa de Collier, en 1879, fue Marian Huxley,
era pintora. Después del nacimiento de su única hija, sufrió una fuerte depresión
posparto y fue trasladada a París para
su tratamiento donde contrajo una pulmonía y falleció en 1887.
Poco tiempo después, en 1889, Collier se casó con la hermana
más joven, Ethel Huxley. La ceremonia se celebró en Noruega puesto que la unión
entre cuñados no era posible en aquella época en Inglaterra.
Leyenda:
Lady Godiva fue una dama anglosajona de principios
del siglo XI, famosa por su bondad y belleza, estaba casada con Leofric, conde de Chester y
de Mercia y señor de Coventry. Su nombre anglosajón Godgifu o Godgyfu quiere
decir gift of God («regalo de Dios»); Godiva es la versión
latina del nombre.
Esta dama, compadecida de los sufrimientos y apuros de sus vasallos,
a los que su marido esquilmaba con tributos abusivos, se solidarizó
con ellos. Construyó junto con su esposo el monasterio de Coventry.
Cuando la ambición se apoderó de su esposo, ella le pidió
que rebajara sus impuestos. El conde accedió, pero con la condición de que Lady
Godiva recorriese Coventry a caballo, sin más vestidura que su largos
cabellos. La dama accedió, pero acordó con sus vecinos que éstos se encerrarían
en sus casas para no perturbarla en su desnudez. El día elegido Lady
Godiva se paseó desnuda por el pueblo, montada en su caballo, mientras todos
los vecinos de Coventry permanecían en sus casas encerrados y con las ventanas
cerradas.
La leyenda finaliza con que Leofric, conmovido por
el gesto de su esposa, cumplió su promesa y rebajó los impuestos.
Todos los ciudadanos se encerraron en sus casas, menos un
sastre conocido más tarde como Peeping Tom (Tom el mirón). Según la leyenda, el
sastre no pudo resistir ver a su señora desnuda a través de un agujero en la
persiana, y se quedó ciego por ello. Además, la expresión pasó a designar en el idioma
inglés a quien en castellano se llama mirón y
en francés voyeur.
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