La Dama Indignada

La Dama Indignada

sábado, 22 de marzo de 2014

Autor: Botticelli. Título de la Obra: Primavera.

Botticelli. Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi nació en Florencia en torno a1445 y muere en 1510. Hijo de un curtidor, pasó su infancia en el barrio de Ognisanti. Conocido como Sandro Botticelli por la abreviación de su nombre y el mote por el que era conocido su hermano mayor, Boticello (Barrilete), debido a su aspecto rechoncho, nuestro pintor se caracterizó por la rotunda personalidad, no sólo de su técnica pictórica sino, sobre todo por la originalidad con la que supo plasmar los encargos durante toda su vida.

 Los historiadores del arte, en especial Giogio Vasari, definen al pintor como un joven inquieto y extravagante, muy dado a las bromas; un hombre lleno de imaginación y con una inteligencia viva, dispuesto siempre a experimentar con nuevos métodos; un espíritu curioso e indagador que llegó a afirmar que “con sólo arrojar una esponja empapada en distintos colores contra un muro, ésta deja en la pared una mancha, donde se ve un hermoso paisaje”. Esta extravagancia y su retorcido sentido del humor parecen ser características parejas a la genialidad, muy común entre los artistas.
En 1482, Sandro Botticelli regresa a Florencia, tras realizar en Roma, junto a otros pintores (Perugino, Ghirlandaio, Roselli y Signorelli) una obra de gran envergadura: la decoración de la Capilla Papal que en San Pedro había mandado construir el Papa Sixto IV. El prestigio de su encargo romano se materializó en sucesivos y numerosos encargos. Es artista se va a convertir en el pintor preferido de un mecenas importantísimo: Lorenzo de Pierfrancesco de Medicis. La Primavera junto con Palas y el Centauro y una Virgen con el Niño, adornaba la antecámara de Lorenzo en su palacio florentino.
 No se conoce amor concreto de Botticelli, ni alusión a excesos sentimentales; tenía «horror al matrimonio».No se casó nunca. Fue denunciado anónimamente en 1502 de sodomía con uno de sus ayudantes, pero los cargos fueron más tarde desestimados.
Se dice que los últimos años de vida cayó en la pobreza, y subsistía con la ayuda de sus antiguos patrones, aunque sigue produciendo obras hasta el final.

La pintura de Botticelli se sitúa dentro de lo que denominamos «crisis del sistema plástico del Quattrocento» y supone una ruptura de la corriente florentina en la que los  volúmenes rotundos y la perspectiva lineal son sus dos pilares. Frente a estos valores nos propone otros nuevos basados en una linealidad llena de elegancia, un dibujo rotundo y, sobre todo, un mundo lleno de dulzura, de sentimiento, y es que, contemplando sus pinturas, en ocasiones nos cautivan por su delicadeza, la dulce sonrisa de sus personajes, pero también esas mismas figuras nos transmiten un mundo de  melancolía y tristeza que nos atrae.

 Iconografía de la Primavera de Botticelli:
Entre un bosque de laureles y naranjos sobre todo, y sobre una alfombra de césped y flores, centrando la composición, aparece la diosa del amor: Venus.
Los naranjos forman un arco que subraya la importancia de la diosa. Venus se encuentra apartada en el fondo del bosque, para dejar paso a una bella joven, vestida con un floreado vestido, coronada de flores y esparciéndolas por el césped. Su bello rostro nos mira con una sonrisa sosegada, mientras que a su lado otra joven de sus mismos rasgos y rubios cabellos, por cuya boca salen también flores, las mismas que caen sobre la joven descrita, vestida con una transparente túnica, está siendo raptada por un joven alado que, con el ceño fruncido, sopla sobre ella.
En el lado izquierdo de la composición, tres jóvenes bellezas rubias enlazan sus manos en una elegante danza. La que nos da la espalda mira a un joven cuya mirada se dirige hacia el cielo. Va ostentosamente armado con una espada y con una vara en la que se enroscan dos serpientes, y con un brazo aparta unas negras nubes que pretenden entrar en este  bosque. Por último, un niño alado sobrevuela, con los ojos tapados y armado con arco y flecha, la figura central.
La figura central es la diosa Venus que, con un gesto elegante se aparta para dejar pasar a Flora, diosa de la Primavera. La joven de vestido transparente que aparece a su lado es Cloris perseguida por el Céfiro quien, con su aliento transforma a la ninfa en Primavera. En el lado izquierdo, las tres rubias bellezas son las tres Gracias y el joven guerrero es Hermes-Mercurio (sus pies alados lo identifican) que con su caduceo aparta las nubes. En su roja túnica vemos llamas doradas. Por último, Cupido-Amor, a pesar de su ceguera, lanza, con absoluta seguridad, su flecha a la Gracia que, de espaldas a nosotros,
mira a Mercurio.

En cuanto a las fuentes literarias que pudo manejar el pintor, los especialistas señalan, fundamentalmente, los Fastos de Ovidio donde se describe la llegada de la Primavera a través de la metamorfosis de la ninfa de la tierra, Cloris, en Flora, por obra y gracia del viento Céfiro. Éste se enamora apasionadamente de Cloris y la posee violentamente; arrepentido de su violencia, transforma a la ninfa en Flora. A la izquierda de la composición, las tres Gracias, compañeras de Venus danzan armoniosamente. Las Gracias (Voluptuosidad, Pulcritud y Castidad) gesticulan mediante una danza.
La Castidad se sitúa entre la Voluptuosidad (que tiene aspecto agitado) y la Pulcritud (comedida en aspecto y atavío), que la coronan y protegen ante el ataque del ciego Amor, ya que está siendo punto de mira del la flecha de Cupido para que se enamore de Mercurio, al cual está mirando. Mercurio es el que guía a las Gracias. Con su caduceo (símbolo de la concordia) aparta las nubes que pretenden entrar en el Bosque del Amor, del cual es él su guardián (espada) y señala a Castidad, que dirige hacia él su mirada,
el camino del Cielo.
 La lectura que podríamos hacer de la pintura sería la de una plasmación del Jardín del Amor de Venus.

Magnífica obra, estaría horas contemplándola. ¿Y vosotros?. Espero que os guste.


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